En 1975 Susana López de Lara de la Fuente y Ramón Pérez Gil Salcido deciden conformar un pequeño grupo de estudiantes de la carrera de biología que se integró denominándose Grupo de Investigaciones para la Vida Silvestre en el último semestre de ese año. Con la incorporación de Manuel Lemus Kourchenko y Víctor M. Sánchez Cordero D. adoptan el nombre de FAUNAM, Investigaciones para la Vida Silvestre, al celebrar una primera asamblea “constitutiva” el lunes 12 de enero de 1976 en la Facultad de Ciencias de la UNAM. Adoptan así mismo como icono o logotipo la imagen de un Coyote, dibujada por Ramón a partir del original de Schwarz del libro Fauna Silvestre de México de quien después fuera su maestro y sinodal, el Dr. Starker Leopold. Nace sin una personalidad jurídica definida, su condición de Asociación Civil la adquiere muchos años después al separarse de la Facultad de Ciencias de la UNAM.
Entre 1975 y 1976 los integrantes de FAUNAM hicieron más de un viaje a la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, entre otros motivos por el primer congreso de la Sociedad Mexicana de Ornitología. En ellos tuvieron ocasión de conocer al Profesor Miguel Álvarez del Toro, al Ing. César Domínguez y a Carlos Tejeda e interactuar con ellos y el equipo del zoológico de Tuxtla Gutiérrez en algunas actividades como voluntarios. Participaron en el rescate de fauna en la presa de la Angostura, construida en el Río Grijalva y que se puso en operación en 1976, lo mismo que en un par de expediciones de colecta al campo acompañando, aprendiendo y auxiliando al Prof. Álvarez del Toro.
También se beneficiaron de la interacción con el Dr. Enrique Beltrán del Instituto Mexicano de Recursos Naturales Renovables (IMERNAR) quien incluso les involucro en visitas de campo. En esa época invitaron a varios maestros e investigadores a ser sus asesores, en particular a los maestros Manuel Rico Bernal, Cornelio Sánchez y Ambrosio González, quienes les auxiliaron a organizarse mejor y al armado del primer proyecto que le dio cohesión al grupo y fue el despegue franco de FAUNAM como organización, este fue el proyecto de “Rescate de fauna en Chicoasén, Chiapas”.
En 1977 FAUNAM invita a varios profesores e investigadores a constituirse como su Consejo, de tal forma que este órgano lo integraron (en orden alfabético): Prof. Miguel Álvarez del Toro, Dr. Avedis Aznavurian A., Dr. Arturo Gómez Pompa, Dr. José Ramírez Pulido, M. en C. Manuel Rico Bernal, Dr. Cornelio Sánchez H. y Dr. José A. Sarukhán Kermez. Con su asesoría, también en 1977, los integrantes de FAUNAM, que habían ya incorporado a nuevos estudiantes, diseñan, fundan y ponen en marcha y operación junto con los grupos estudiantiles de trabajo académico (GETA) de Herpetología y Ornitología el “Laboratorio de Fauna Silvestre Miguel Álvarez del Toro” en la propia Facultad de Ciencias, en el nuevo edificio del circuito exterior UNAM. El laboratorio fue inaugurado con la presencia del Prof. Álvarez del Toro, los miembros del Consejo y autoridades de la Facultad. El laboratorio operó por cinco años y en él se integró la primera colección nacional de referencia de huellas (moldes de yeso), pelo de guarda y excretas de mamíferos mexicanos, así como de nidos, huevos y plumas. (1977-1981).
De 1977 al año 1980 FAUNAM, junto con los grupos estudiantiles de trabajo académico de CEBA, LIH y Ornitología, imparten la materia de Zoología IV/ Vertebrados (Grupo Experimental), como materia regular de la carrera de Biología de la Facultad de Ciencias, UNAM. Utilizan lógicamente también las instalaciones del nuevo laboratorio. En términos generales la modalidad implicó que la maestra titular (Dra María Villarroel) introdujera el tema de los cordados para dar pie a la intervención del CEBA, que cubría lo relativo a peces, el LIH lo relativo a anfibios y reptiles, Ornitología lo relativo a las aves y FAUNAM cerraba con las clases sobre mamíferos.
Parte importante del trabajo de los miembros de FAUNAM fue impartir platicas, conferencias y talleres, tanto en la Facultad de Ciencias como en otras entidades académicas dentro y fuera de la UNAM, sobre distintos temas relacionados con los mamíferos en particular y la fauna silvestre en general, tales como conservación, taxonomía, evolución, conducta, métodos de estudio en laboratorio y en campo. Por ello además de impartir la materia de Zoología de vertebrados, participaron en otras materias, tales como Conducta animal (Etología), Ecología, Ecología urbana, Biologías de campo sobre métodos de estudio de mamíferos, sobre abundancia y hábitos alimenticios del zorrillo listado y otras especies, además crearon la materia optativa de Ecología de la conducta.
FAUNAM gestiono con la Compañía de Luz y Fuerza del Centro un contrato de comodato para el uso de una cabaña ubicada en los llanos de El Capulín que se localizan entre los limites estatales de los estados de México, Morelos y el Distrito Federal. Esta cabaña constituyó una estación de biología que permitió la realización de diversas investigaciones y el trabajo de campo no solo de los miembros de FAUNAM y los alumnos de la materia de Zoología de vertebrados antes mencionada, sino de varias generaciones de estudiantes de la Facultad de Ciencias y de otras organizaciones académicas.
En la zona de El Capulín y en la Sierra del Ajusco-Chichinautzin, los integrantes de FAUNAM organizaron diversos cursos y varias biologías de campo que eran materias optativas que los estudiantes de la Facultad de Ciencias podían tomar haciendo trabajo e investigación de campo y laboratorio. El trabajo de campo de muchas tesis de licenciatura y postgrado, estudios e investigaciones sobre una variedad de temas (de etnobotánica y fauna silvestres en particular) tanto de investigadores de la UNAM como de otras universidades nacionales y hasta dos extranjeras (Universidad de Hokkaido, Japón y Universidad de East Anglia, Norwich, Inglaterra) tuvo lugar en esa zona y emplearon la estación de FAUNAM.
Durante su primera década formaron parte del grupo FAUNAM treinta estudiantes de la Facultad de Ciencias, lógicamente la rotación era frecuente, a medida que egresaban de la carrera varios dejaban el grupo, aunque también se incorporaban nuevos integrantes. A lo largo de sus 45 años de existencia han colaborado directamente con FAUNAM 61 personas. De ellas 16 han colaborado también con PG7 y esta organización además ha contado con 13 trabajadores directos, es decir cerca de 75 personas son quienes han podido concretar más de 90 proyectos en ese lapso.